Los próximos 29 y 31 de julio de este 2016, celebraremos el 250 aniversario del levantamiento del actual templo de Nuestra Señora de la Guarda. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no se trata del primer templo dedicado a Ntra. Sra. de la Guarda en Villapresente, sino que esta construcción se levantó sobre el solar que ocupaba la anterior ermita, que fue derruida a raíz de una visita que hiciera a la misma quien fuera el primer obispo de la diócesis de Santander, Don Francisco Javier de Arriaza, en 30 de noviembre de 1757. Al ver el lamentable estado en que se encontraba aquella ermita, no lo dudó y prohibió las celebraciones religiosas en la misma hasta que se modificaran las condiciones del templo. El Concejo de Villapresente, que por aquel entonces era responsable de la ermita -y siguió siéndolo hasta bien avanzado el siglo XX- no lo dudó y decidió derribar el templo y construir uno nuevo en el mismo lugar, templo que se terminó de edificar en el año 1766.

Han sido 250 años muy intensos para una pequeña ermita de pueblo. En ella no solo se gestaba el devenir religioso de los vecinos, sino también el económico de la colectividad vecinal y, al ser propiedad comunal, allí tenía su sede el Concejo y desde 1827 la Junta Vecinal.
Finalmente, conviene aclarar que, aunque actualmente se la conoce como Ermita del Carmen, ni lo es ni lo fue. Tanto el templo derruido como el que ahora conocemos, se construyeron bajo la advocación de la Virgen de la Guarda, que es la que preside el Altar Mayor, y eso, teniendo en cuenta que las festividades religiosas que se celebraban en el periodo que conocemos (1688 a 2016) van desde San Antonio de Padua hasta la Virgen del Carmen, pasando -evidentemente- por la Virgen de la Guarda, fiesta que se celebraba el día 8 de septiembre.
Los detalles los podréis conocer en la recreación de su historia que os ofreceremos el viernes 29 a las 19 horas de la tarde en las Escuelas Pías.