Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una fecha que quiere reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia, no solo como beneficiarias, sino también como agentes de cambio. Como destacan las Naciones Unidad, la ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En las últimas décadas, la comunidad internacional ha hecho un gran esfuerzo para inspirar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Sin embargo, las mujeres siguen encontrando obstáculos para desenvolverse en el campo de la ciencia, de ahí que desde la sociedad en general y las administraciones en particular deba hacerse un esfuerzo por fomentar y apoyar el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Del mismo modo, es importante resaltar los referentes femeninos en el mundo de la ciencia, como elemento inspirador para las niñas a la hora de elegir estudios y carreras profesionales relacionadas con este sector. El concejal de Igualdad, Antonio Pérez Ruiz, ha destacado que un “claro referente” del papel de la mujer en la ciencia es Marie Curie.

Maria Salomea Sklodowska, Marie Curie, nació en Varsovia (Polonia) el 7 de noviembre de 1867 y murió en Passy (Francia) el 4 de julio de 1934. Es conocida por ser la primera mujer científica en recibir el Premio Nobel y ser la primera catedrática de la Universidad de la Sorbona de París.

Hija de un profesor de Física y Matemáticas y de una maestra, Marie Curie era la pequeña de cinco hermanos y su infancia se vio marcada por el fallecimiento de una de sus hermanas a causa del tifus, y a la muerte de su madre por tuberculosis cuando solo tenía 10 años, además de los problemas económicos de su familia. Dificultades que no impidieron su determinación por estudiar, aunque al completar sus estudios básicos su condición de mujer le impidió ingresar en una institución de educación superior, aunque no pudo impedir que, junto a su hermana, comenzara en una universidad clandestina que admitía mujeres. Con 24 años se trasladó a estudiar a Francia gracias a sus ahorros y la ayuda de su padre y en 1893, gracias a su esfuerzo y sacrificio, se licenció en Física por la Universidad de París como número uno de su promoción.

Solo un año más tarde conoció al que sería su marido y padre de sus hijas, el también científico Pierre Curie, mientras continuaba formándose y conseguía el doctorado, tratando su tesis en las investigaciones sobre sustancias radioactivas.

Al contrario de la creencia extendida, no fue Marie Curie la que se sumó a los estudios de su marido, sino que Pierre, atraído por los avances de la investigación de su mujer, aparcó sus trabajos sobre magnetismo para ayudarla.

Marie y Pierre Curie trabajaron codo con codo en condiciones nada fáciles y en 1898 anunciaron el descubrimiento de dos nuevos elementos, el radio y el polonio, ambos más radioactivos que el uranio. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando pudieron demostrar su hallazgo.

1903 fue el año del reconocimiento a Marie Curie, recibiendo el Premio Nobel de Física junto a su marido y a Becquerel por sus investigaciones sobre la radioactividad. Sin embargo, en la sociedad de principios de siglo XX, pesar de la importancia de sus descubrimientos, Marie no tuvo el miso reconocimiento que su marido, que en fue nombrado catedrático de la Universidad de Paris y miembro de la Academia Francesa.

Fue un trágico suceso, la muerte de su marido atropellado por un carro de caballos, lo que hizo que Marie ocupara la cátedra de Física de Pierre en la Universidad de la Soborna, convirtiéndose en la primera mujer catedrática de esa mujer.

Tras la muerte de su marido, Marie Curie decidió continuar sus investigaciones sobre el radio, descubriendo que la radioterapia podría ser un tratamiento contra el cáncer. Unos descubrimientos que le valieron el Nobel de Química en 1911,

Marie Curie tuvo también un destacado papel en la I Guerra Mundial, porque gracias a sus aportaciones se dispusieron ambulancias dotadas de rayos X, lo que salvó muchas vidas y la convirtió en la directora del Servicio de Radiología de Cruz Roja francesa.

Una vez concluida la primera gran contienda del siglo XX, Curie volvió a sus estudios, recibiendo numerosos reconocimientos e ingresando en la Academia Nacional de Medicina de Francia. A causa de la radiación a la que estuvo expuesta en sus investigaciones y experimentos, Marie Curie murió el 4 de julio de 1934, dejando tras de sí descubrimientos fundamentales para la ciencia y convirtiéndose en un referente del papel de la mujer en la ciencia.

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