Historia

Reocín
Municipio de España
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Escudo

Reocín ubicada en España

Reocín
Reocín

Ubicación de Reocín en España.

Reocín ubicada en Cantabria

Reocín
Reocín

Ubicación de Reocín en Cantabria.

País Flag of Spain.svg España
• Com. autónoma Flag of Cantabria (Official).svg Cantabria
• Provincia Flag of Cantabria (Official).svg Cantabria
• Comarca Saja-Nansa
• Partido judicial Torrelavega
• Capital Puente San Miguel
Ubicación 43°21′40″N 4°05′11″O Coordenadas: 43°21′40″N 4°05′11″O (mapa)
• Altitud 79 msnm
Superficie 32,09 km²
Población 8328 hab. (2014)
• Densidad 259,52 hab./km²
Alcalde (2015) Pablo Diestro Eguren (PRC)
Sitio web Ayuntamiento de Reocín

La Historia General del Municipio de Reocín abarca un largo período de tiempo, que se extiende desde, prácticamente, el final de la última glaciación -la denominada Würm (85.000-10.000 antes del presente)- hasta la actualidad. No obstante, se ha decidido hacer hincapié en aquellas fases históricas más representativas, teniendo en cuenta las evidencias arqueológicas o culturales (conservadas en el Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria), y las documentales (albergadas en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Santander). En este sentido, la Prehistoria, la Edad Media, y momentos puntuales de los siglos XVIII, XIX y de principios del XX, son los temas que abordaremos, brevemente, a continuación.

Siguiendo un criterio puramente cronológico, nos centraremos en primer lugar en la Prehistoria del término municipal de Reocín. En este apartado destaca la importancia de la primera Carta Arqueológica de Cantabria realizada por los prehistoriadores D. Emilio Muñoz Fernández y Dña. Carmen San Miguel Llamosas. En dicha obra, sus autores elaboraron un compendio de un gran número de yacimientos prehistóricos de la región, en el que aparecen citados varios hallados en el Municipio que nos ocupa, tales como la cueva de la Peña Caranceja, un hallazgo efectuado detrás de dicha cavidad, la cueva del Giboso, la cueva de Escuvies, la cueva de Los Osos, la cueva del Hoyo de los Herreros, la cueva de La Clotilde, y la cueva de La Estación. Las prospecciones y/o las excavaciones que se realizaron en estas cavidades produjeron como resultado la recuperación de escasos materiales arqueológicos tales como útiles líticos o restos óseos de animales.

La poca cantidad y la tosca realización de los primeros, nos induce a pensar en asentamientos u ocupaciones temporales por parte de grupos humanos cuya técnica lítica no
había alcanzado aún el cenit de la complejidad funcional que se ha podido comprobar en otros yacimientos de la región; por su parte, la gran escasez de los segundos, y el pendiente estudio en laboratorios de las marcas de descarnizado -si es que las hubiera-, no nos permite h2confirmar si el aprovechamiento cárnico de los animales encontrados en el interior de las cuevas, responde a la actividad de depredadores, o es el resultado de la práctica cinegética de los grupos de cazadores-recolectores de entonces; de ser ésta última hipótesis la causa real, podemos admitir la breve temporalidad de las ocupaciones prehistóricas en los refugios kársticos de Reocín, debido a la casi nula representatividad de restos de fauna consumida.

No obstante, las cuevas más importantes del territorio local son, sin duda alguna, la cueva de La Clotilde, también conocida como La Lora, y la cueva de La Estación, descubiertas a principios del siglo XX. Estas cavidades conservan en su interior un tesoro cultural relevante: representaciones de arte rupestre paleolítico obtenidas mediante la técnica del grabado sobre soporte parietal blando (caliza en descomposición); debido a este singular contenido artístico, ambas cavidades fueron reconocidas, según la Ley de Patrimonio de 25 de junio de 1985, como Bienes de Interés Cultural, categoría que les confiere una garantía más específica de protección legal. Sin embargo, y a pesar de ello, la mayoría de las figuraciones animalísticas representadas (sobre todos los uros y la cabeza de un felino), han sido objeto de actos vandálicos por parte de personas carentes de sensibilidad cultural hacia el patrimonio subterráneo, que han pasado sus dedos por encima hiriendo, de ese modo, la armónica visión de las figuras. La fragilidad de las paredes sobre las que aparece el arte rupestre es motivo también de sucesivos desconchamientos calcíticos que van destruyendo, aleatoriamente, el soporte en el que aparecen los grabados.

La reconstrucción y el estudio de la Edad Media en el Valle de Reocín requiere la lectura atenta de documentos de diversa índole, muchos de ellos conservados en la abadía de Santillana o en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Santander.
Las primeras referencias escritas (cuya naturaleza no vamos a analizar) sobre la existencia de núcleos de población en el actual Municipio de Reocín nombran Valles en el año 823, a Golbardo y a Caranceja en el 987, a Puente San Miguel en el 996, a Cerrazo y a San Esteban en 1045, a Barcenaciones en 1088, a Villapresente en 1097, a Helguera en el 1116, a Reocín en 1179, y a Quijas en 1236.
Con el tiempo, estos núcleos de población formaron concejos o municipios para dar mayor cohesión al grupo vecinal a la hora de hacer uso de los recursos naturales del valle (pastos, campos, bosque y recursos fluviales) y de defender sus intereses comunes. En el transcurso del siglo X se empezaron a constituir distintos concilios o concejos en el territorio de las Asturias de Santillana, de los cuales la referencia más antigua corresponde al concilio de Camesa castro (citado en el año 1022 en el cartulario de la abadía de Santillana) y que englobaba a los actuales ayuntamientos de Reocín, Santillana, Cartes y la cuenca del Besaya hasta el Valle de Iguña. Los documentos medievales informan además de la celebración de asambleas “in concilio Camesa castro”, en un lugar que probablemente fuera el Castillo Camesa, enclavado en el castro de La Venta (Reocín). Este tipo de fortalezas desempeñaban, según indica el historiador D. Ramón Bohigas Roldán, la función de ser centros administrativos y militares dentro de cada alfoz y al mismo tiempo serían lugares de habitación para los jefes de los concejos y otras personas relacionadas con la administración y con la defensa del lugar.

h4La denominación Val de Reoçin es posterior, la primera referencia como tal data de un documento del año 1419, y haría referencia a todos los pueblos del río Saja; a este río, se le atribuyó durante la Edad Media la denominación de Rio Foçin (río tortuoso, con muchos meandros), del que derivó el nombre de Reocín. Este Valle formó un Concejo que seguía perteneciendo a la entidad supralocal del concilio de Camesa Castro, la cual estaba dentro de la circunscripción territorial o merindad de las Asturias de Santillana.

Se trataba el Valle de Reocín, en los primeros siglos de la Edad Media, de un territorio de realengo, es decir dependiente directamente del rey. La condición jurídica de los vecinos del Valle de Reocín era la de hombres de behetría, es decir, hombres libres, con derecho a ponerse bajo la protección militar de algún señor o de alguna abadía, previo pacto de las partes interesadas, a cambio del cobro de algún tributo.
Ya en los siglos finales de la Edad Media (ss. XIV y XV), los pueblos del Valle de Reocín se agrupaban en concejos, núcleos básicos de la organización del territorio, organizados mediante un órgano colectivo que era la asamblea de los vecinos cabezas de familia. Estas reuniones se regían con normas consuetudinarias que trataban todos los temas que afectaban a la comunidad y a la ordenada explotación de sus recursos territoriales y comunales. Estos concejos se convocaban “a son de campana tañida” y se celebraban a la sombra de árboles antiquísimos o en los pórticos de las iglesias parroquiales.
Los concejos del mismo valle solían unirse y conformar entidades supralocales para poder defender mejor sus intereses comunes; así pues, los concilia del Valle de Reocín se organizaron formando una agrupación gobernada por medio de la “Junta” o “Ayuntamiento General” y que tenía como máxima autoridad a un alcalde. A su vez, los procuradores de todos los valles del territorio de las Asturias de Santillana acudían a una Junta General de la Merindad que se reunía en el Campo del Revolgo en Santillana del Mar, según testimonia un acta del año 1430.

Pero durante las últimas décadas del siglo XIV y principios del siglo XV estos concejos sufrieron la usurpación de parte de sus derechos por la imposición violenta del régimen señorial. Se trató de un proceso por el cual ciertas familias nobles aprovecharon la debilidad de la Corona para asumir los derechos reales que tenían que ver con la recaudación de impuestos y además intentaron imponer su autoridad y su jurisdicción sobre muchos valles. Así pues, la casa de la Vega se fue consolidando en la Baja Edad Media como el poder hegemónico de la mayoría de los valles de las Asturias de Santillana, incluido el de Reocín, en detrimento del poder real y del importante poder eclesiástico que hasta entonces había ostentado la abadía de Santillana. Esta situación dio lugar al llamado Pleito de los Valles cuya documentación da testimonio del uso de la violencia por parte de algunos linajes nobiliarios en el territorio de las Asturias de Santillana para extender su poder feudal, lo que provocó un movimiento de resistencia por parte de los valles afectados, que hicieron uso de la vía judicial para hacer valer sus legítimos derechos frente a las pretensiones señoriales.
La primera denuncia fue presentada al rey por el procurador de los valles de las Asturias de Santillana en 1439 en razón de los abusos cometidos por Íñigo López de Mendoza. Este proceso constituye la primera fase del Pleito de los Valles, el llamado “Pleito Viejo”, y los hechos que denuncia se remontan al menos al año 1438, cuando el primer Marqués de Santillana acompañado de su hijo Diego (futuro Duque del infantado) entraron por la fuerza acompañados de escuderos armados en los valles y usurparon la jurisdicción real de varios valles, entre ellos el Valle de Reocín. La documentación del Pleito Viejo confirma también que estos abusos pudieron ser cometidos por el Masrqués de Santillana gracias al apoyo que le brindaron algunos linajes locales, los cuales a cambio recibieron numerosas prebendas, y gracias al reclutamiento de mercenarios y delincuentes huídos de la justicia que no tenían ningún escrúpulo para el uso de la violencia. No obstante, en 1447 el rey Juan II confirmó los derechos de Íñigo López de Mendoza sobre estos valles.
h3El Pleito de los Valles duró casi ciento cincuenta años. Un documento fechado en 1555 testimonia que en estas fechas el Marqués de Santillana todavía trataba de imponer
sus órganos de gobierno señorial en el valle de Reocín. Y en una sentencia de 1556, dada por la Real Chancillería de Valladolid, se ordena el derribo de la horca y la picota que había sido puesta en el valle por el Duque del Infantado. El Pleito de los Valles se resolverá finalmente a favor de los valles que presentaron las querellas; esto ocurrirá bien entrado el siglo XVI cuando la consolidación del poder real, impulsada por los Reyes Católicos, sea un hecho. El Valle de Carriedo fue el primero que obtuvo una sentencia favorable en 1499. Los nueve valles restantes de las Asturias de Santillana, incluido el de Reocín, interpusieron una nueva demanda en 1544 y vieron confirmada su reversión a la Corona en una sentencia del año 1581, en época de Felipe II. Una vez que los valles consiguieron emanciparse del poder señorial, decidieron constituir la Provincia de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana, con sede en Bárcena la Puente (hoy Puente San Miguel) y allí levantaron la Casa de Juntas, al lado de la antigua ermita, probablemente románica, de San Miguel, y el llamado hospital de peregrinos, del que se ignora la fecha de su fundación pero del que se sabe que funcionaba ya en el siglo XVI, acogiendo a enfermos pobres y hospedando a los numerosos peregrinos que realizaban el camino de Santiago por la vía costera.

En cuanto a la reconstrucción de la historia del Municipio de Reocín durante los siglos XVIII, XIX y XX, hemos recurrido a los legajos conservados entre los fondos del Archivo Histórico Provincial de Santander. De la documentación revisada se ha logrado extraer información de diversa índole para momentos muy puntuales de los siglos que nos ocupan.


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En una memoria de 1901 se dice que “El Ayuntamiento de Reocín (…) data de 2 siglos, lo forman los pueblos de Golbardo, Barcenaciones, Quijas, Valles, Elguera, Reocín, Pte San Miguel, Villapresente, Cerrazo, San Esteban, la Veguilla, Mercadal y Sierra Elsa (…) Y fueron agregadas al verificarse la supresión de los abadengos en principios de siglo los de Caranceja y La Busta. Así queda constituido hasta el año 1864 que se segrega La Busta pasando a Alfoz de Lloredo y en 1891 lo hicieron Mercadal y Sierra Elsa, agregándose a Cartes. De modo que en la actualidad lo forman 12 entidades”.

Gracias a otros documentos, hemos podido probar en el Municipio de Reocín la existencia de enfermedades epidémicas en la segunda mitad del siglo XIX, tales como el cólera, la viruela, el tifus exantemático y la gripe, ante las cuales el Ayuntamiento ordenó una serie de medidas higiénicas, tales como el uso de desinfectantes y de cal en los cementerios, la asistencia médica, la limpieza de las cabezas y de los cuerpos de los pobres de la localidad, la vacunación y revacunación del vecindario, el saneamiento de las escuelas, la desinfección de la ropa con formol o vapores sulfurosos, etc…
Otras enfermedades, más comunes y menos peligrosas de las que se hacen eco los documentos son los reumatismos, las fiebres gástricas, la gastroenteritis, la amigdalitis y el catarro intestinal.

Por otra parte, también hemos hallado en el Archivo información acerca de la población del Municipio de Reocín, en este sentido debemos señalar que, en el año, 1649, la inmensa mayoría de los vecinos pertenecían a la hidalguía, y que tán sólo existían por aquel entonces 88 pecheros (es decir, personas obligadas a pagar o contribuir con un tributo a su señor). Esta situación es general en el norte peninsular, pero con el tiempo, mucha de esta población hidalga pierde su estatus porque no puede mantener el modo de vida noble (entre cuyas prerrogativas se encontraba el rechazo a trabajar con sus propias manos en oficios plebeyos).

El clero secular (cuya preparación académica era muy pobre debido a que las posibilidades de estudios estaba limitada a una escasa minoría con poder económico), se vió sometido a examen a principios del siglo XVIII por parte del arzobispo de Burgos D. Francisco Navarrete y Ladrón de Guevara, quien calificó a parte de estos clérigos como bebedores, amancebados, o ambas cosas, llegando alguno de ellos a perder su licencia de cura.
En cuanto a los pobres, “En 1868 se hizo un estudio demostrativo del número de pobres que hay en esta demarcación municipal. En total 180 (que no contribuyen al erario, que viven de un salario eventual, que su sueldo es menor que el de un bracero, que son parientes de un vecino pobre y viven con él, expósitos que disfrutan de beneficencia, que están acogidos en los Hospicios, o que sean desvalidos). Estos pobres necesitan médico y farmaceútico”.

Debido a una estadística propuesta por la Diputación Provincial en 1838 con fines de conocimiento de la riqueza rústica, urbana, pecuaria, industrial y comercial, sabemos que en el Municipio de Reocín se disponía en aquel año de 10.387,5 carros de tierra labrantía, y de 12.465 carros de prado para pasto. En otro documento de 1846, consta que “Este Ayto tiene 15 pueblos y 31 montes, a saber, 17 comunes y 14 del Estado. Su extensión superficial es aproximadamente de 16.793 carros. Existen 30.140 árboles. El producto de los rendimientos asciende a 2220 reales”.

El aprovechamiento de los montes comunales, es decir la corta de madera para las viviendas y el frío estaba estipulado tal y como podemos comprobar en varios documentos, por ejemplo, “La corta y demás ejercicios del aprovechamiento incluso h6la extracción de los productos
del monte se harán en el plazo X que empezará a contarse desde la fecha de la licencia que expide el ingeniero para dar principio a las cortas”. En relación con el aprovechamiento maderero, y ya en la primera mitad del siglo XX,se han conservado cartas de particulares solicitando al Ayuntamiento, el alquiler de terrenos comunales para plantar eucaliptos: “Al Ayuntamiento. El que suscribe, vecino de Puente Sanmiguel(…) está resuelto a verificar una gran siembra y plantío de eucaliptus y otros árboles maderables (…), hube muy parecido (…) el terreno comunal (…)”.
En cuanto a la reconstrucción de la historia del Municipio de Reocín durante los siglos XVIII, XIX y XX, hemos recurrido a los legajos conservados entre los fondos del Archivo Histórico Provincial de Santander. De la documentación revisada se ha logrado extraer información de diversa índole para momentos muy puntuales de los siglos que nos ocupan.

Las especies cultivadas en 1939, en orden según la mayor capacidad de terrenos dedicados a ellas, eran el maíz para grano, las judías asociadas a éste, la remolacha forrajera, la col para forraje, las judías en vega, la alfalfa, el tomate, la calabaza y el tabaco. En 1938, y debido a los Planes de Sementeras elaborados por la Junta Local Agrícola del Ayuntamiento de Reocín, encontramos una estadística de la maquinaria agrícola existente en el dicho término municipal, en la que podemos comprobar que había arados de vertedera, arados de balanza, sembradores de tracción, trillos ordinarios, trituradores de grano, corta forrages, y desgranadores de maíz. En cuanto a los árboles frutales, decir que, en 1939, se plantaban, en orden de preferencia, manzanos, perales, melocotoneros, guindos, cerezos, ciruelos, castaños, higueras, nogales, morales, limoneros, avellanos, naranjos y albaricoqueros.

Entre los documentos también encontramos referencias, ya en 1906, de un matadero municipal en Reocín, donde los animales eran sacrificados para el consumo humano, bajo unas condiciones de seguridad y de higiene buenas. No obstante, también ha quedado registrada la existencia de un matadero clandestino en casa de algún vecino que mataba sus reses para vender la carne entre sus vecinos.
También hemos encontrado documentos referidos a los productos alimenticios básicos de la población del Municipio de Reocín en 1906, según su precio en pesetas de menor a mayor: vino, pan, harina, patatas, leche, pescado fresco, azúcar, carne fresca, pescado salado, aceite, huevos, manteca de cerda, carne salada, legumbres, embutidos y café.
Por último, vamos ha hacer referencia al puente principal del Municipio de Reocín, el Puente de San Miguel, debido a los numerosos documentos de la segunda mitad del siglo XVIII que se hacen eco de los defectos y de las reformas de dicha obra de ingeniería. Dicho puente “era el passo mas necessario que havia en esas montañas assi para conducir todos los Vastimentos que salian de las Costas para esta nuestra Corte Como para otras muchas Ciudades Villas y lugares de ambas Castillas (…)”, debido a su mal estado, producto de las crecidas del río, eran imprescindibles unas costosas reparaciones que los propios reyes cargaban, a los vecinos del lugar, una vez leída su carta, con dicha orden, en Concejo abierto.

Geografía
Localidades

Sus 8328 habitantes (INE, 2014) se reparten en las siguientes localidades:

  • Barcenaciones, 152 hab.
  • Caranceja, 274 hab.
  • Cerrazo, 551 hab.
  • Golbardo, 199 hab.
  • Helguera, 733 hab.
  • Puente San Miguel (Capital), 3.184 hab.
  • Quijas, 783 hab.
  • Reocín, 62 hab.
  • San Esteban, 103 hab.
  • Valles, 533 hab.
  • La Veguilla, 451 hab.
  • Villapresente, 1.293 hab.

Demografía

Evolución de la población desde 1900:

Evolución de la población de 1986 a 2010:

Elecciones municipales, 25 de mayo de 2003
Partido Votos % Concejales
PP 1972 40,24 % 6
PSC-PSOE 1862 37,99 % 6
PRC 572 11,67 % 1
  • Alcalde electa: Germán Fernández González (PSC-PSOE).
Elecciones municipales, 27 de mayo de 2007
Partido Votos % Concejales
PSC-PSOE 2116 40,26 % 6
PP 1608 30,59 % 4
PRC 780 14,84 % 2
RCI 533 10,14 % 1
  • Alcalde electo: Germán Fernández González (PSC-PSOE).
Elecciones municipales, 22 de mayo de 2011
Partido Votos % Concejales
PP 2221 43,09 % 6
PRC 1179 22,88 % 3
PSC-PSOE 1110 21,54 % 3
IU 417 8,09 % 1
  • Alcalde electo: Miguel García Cayuso (PP).
Elecciones municipales, 24 de mayo de 2015
Partido Votos % Concejales
PP 1480 29,12 % 4
PRC 1458 28,69 % 4
PSOE 1249 24,58 % 4
REOCÍN PUEDE 529 10,41 % 1
  • Alcalde electo: Pablo Diestro Eguren (PRC).

Patrimonio

Cinco son los bienes de interés cultural de este municipio:

  • Palacio y torre de Bustamante, en Quijas, con la categoría de monumento.
  • Puente de Golbardo, monumento.
  • Cueva de La Estación, en Santa Isabel de Quijas, con la categoría de zona arqueológica.
  • Cueva de La Clotilde, en Santa Isabel de Quijas, zona arqueológica.
  • Finca de la sociedad “Puente San Miguel, S.A.”, en Puente San Miguel, con la categoría de jardín histórico, único bien de este tipo en Cantabria.

Además, hay dos bienes inventariados:

  • La Casona de Cerrazo.
  • Una de las Locomotoras de Vapor («Udías, María, Revilla, Peñacastillo, Reyerta y Begoña 3») incluidas en el inventario General. En concreto, se trata de la locomotora Udías, ubicada en el Pozo Santa Amelia (Reocín) y propiedad de AZSA.
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